Si YO TRABAJO, DIOS TRABAJA CONMIGO

“Jerusalén, sobre tus muros he puesto centinelas que nunca callarán, ni de día ni de noche. Ustedes, los que invocan al Señor, no se den descanso”. Isaías 62:6 NVI

Aunque no entendemos por qué Israel ha sido atacado y pareciera que Dios no hace nada o no los está protegiendo, la verdad es que esta promesa sobre Jerusalén yo la creo ¡Los ojos de Dios están allí!

No sabemos ni lo entendemos todo ¡Pero veremos a Dios actuar! Sabemos que Él trabaja de maneras sorprendentes y sobrenaturales;  además, es su pueblo escogido.

Esta palabra debemos de traerla hoy a nuestro mundo y a nuestra ciudad. ¡Centinelas, intercesores, guerreros de oración y atalayas, oigamos esta palabra del profeta que viene de parte de Dios para nosotros.

Este mensaje no es solamente para los intercesores, Dios nos llama a todos a velar por nuestras familias, por nuestros hijos, por nuestro matrimonio, por nuestra iglesia, por nuestra ciudad y por el mundo entero.

Algunos nos hemos acostumbrado a que otros nos cubran, a que otros entren al campo de la batalla, a que otros enfrenten al enemigo por nosotros; pero, Dios nos llama a todos como individuos. Todos tenemos casos y familia que no queremos que el enemigo toque, robe o dañe; y definitivamente, esto no lo podemos hacer nosotros con nuestras propias fuerzas.

Así que, el consejo del profeta Isaías nos dice que Dios está esperando que cada día y cada noche pidamos, que oremos, que estemos alertas y  que no le demos tregua al enemigo, porque él no duerme y siempre está buscando al débil, al que se duerme, al que pierde la dirección o rumbo de su vida.

“Ni tampoco lo dejen descansar, hasta que establezca a Jerusalén y la convierta en la alabanza de la tierra”. ‭‭Isaías‬ ‭62‬:‭7‬ NVI

El profeta habla de que oremos para que haya un avivamiento y aprendamos a darle alabanza y gloria a nuestro Padre, porque esta tierra tiene para nosotros un espacio que se convertirá en cielos y tierra nuevos. Pero, mientras tanto cubramos el mundo, cubramos Jerusalén, cubramos Las Vegas y sus familias con la bendición y cuidados de Dios a través de la oración intercesora. 

¡Mientras tanto, nosotros  sus hijos adoremos, glorifiquemos y exaltemos su Nombre hasta el día de su venida! ¡No adoremos a otro dios que no sea nuestro Eterno y Dios Padre!  para que nosotros y nuestros hijos podamos vivir con su bendición en la tierra que Él nos ha permitido  vivir.

Tiempo para meditar:

¿Estás velando por tu familia o estás confiado que otros lo harán por ti?

¿Te has sentido débil o has pérdido el rumbo?

¿Crees que necesitas levantarte una vez más a velar, orar y a adorar a nuestro Padre celestial?