REPARANDO NUESTRO ALTAR
Los profetas reparan los altares arruinados.
Elías restauró primero el altar del Señor, y luego Dios manifestó Su gran poder y gloria, desafiando a Jezabel. Con la fuerza de Dios, Elías derrotó a más de 400 profetas falsos.
Los altares desatan milagros.
Cuando escribo esto, me recuerda el amor de mi madre. Había temporadas en las que mataba los patos y hacía tamales en el patio. Preparaba un fogón con leña, y era una especie de altar con piedras alrededor. Allí poníamos las tortillas en un ensartador de alambre, asábamos chorizos, con la olla de café al lado. Mis hermanos y yo nos reuníamos alrededor del fogón esperando que estuvieran listos los tamales. Todavía puedo sentir el olor al humo de la leña y la hoja del tamal cuando hervía en una olla grande, a la que llamábamos “perol”. Esto me recuerda los altares de Dios, que grandes hombres construyeron para agradarle, esperando una respuesta o como muestra de agradecimiento.
La primera ofrenda: Noé y su familia
“Noé edificó un altar al Señor y, tomando de todo animal limpio y de toda ave limpia, ofreció en el altar un holocausto. Al percibir el Señor ese grato olor, dijo en su corazón: ‘No volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque desde su juventud las intenciones del corazón del hombre son malas. Y tampoco volveré a destruir a todo ser vivo, como lo he hecho’.” (Génesis 8:20-21 RVC)
El significado de un altar:
- Un lugar consagrado para conectar con Dios.
- Un lugar de sacrificio y adoración.
- Un lugar de milagros y respuestas divinas.
- Un lugar para poner ofrendas y recibir bendiciones.
Los altares son ofrendas de sacrificio, donde invertimos lo mejor para Dios. Esto desata bendiciones que perduran en nuestras generaciones.
Cuidemos nuestro altar
Es vital cuidar nuestro altar, tanto el físico en la casa de Dios como el espiritual en nuestras vidas. Si no lo hacemos, nada sucederá, porque Dios no puede operar en altares destruidos. ¡Hay que reconstruirlos!
Aunque no todos somos responsables del altar físico en la iglesia, sí somos responsables de nuestro altar espiritual. Oremos para que nuestros altares estén limpios y ordenados, permitiendo que Dios obre poderosamente en nuestras vidas, familias, iglesia y ciudad.
Ejemplos de los hombres de Dios que edificaron altares en la Biblia: Abraham, Noé, David, Salomón, Moisés y los profetas.
“Me acercaré entonces a tu altar, mi Dios, y allí, mi Dios, te alabaré al son del arpa, pues tú eres mi Dios, mi gozo y alegría” (Salmos 43:4 RVC).
Los grandes milagros y promesas de Dios, incluyendo el gozo y la paz vienen después de haber traído una ofrenda aceptable a Él en nuestro altar y esas bendiciones alcanzan a nuestros hijos.
Mi oración sobre mi altar:
Padre, en el altar que he preparado, te ofrezco mi vida como sacrificio vivo. Te entrego mi salud, finanzas, familia y deseos más íntimos. Consúmelos y quémalos en tu amor. Fortaléceme con tu gracia y recuérdame estar en tu presencia siempre. En el nombre de mi Señor Jesús, amén.
Tiempo para meditar:
¿Cómo puedo restaurar y fortalecer mi altar espiritual para que sea un lugar donde Dios se manifieste poderosamente en mi vida y en mi familia?
¿Estoy dedicando tiempo y recursos para mantener mi relación con Dios, así como los personajes bíblicos lo hicieron con sus altares, o hay áreas en mi vida que necesitan ser renovadas?
¿Qué sacrificios estoy dispuesto a hacer hoy para asegurar que mi altar esté siempre limpio y ordenado, permitiendo que Dios obre milagros y bendiciones en mi vida?