NO TE VENDAS POR UN PLATO DE COMIDA

Por mucha hambre que tengas, no te vendas por un plato de comida, porque podrías estar renunciando a la bendición de tu padre. Esto es lo que le pasó a Esaú.
Esaú pertenecía a una familia que había vivido grandes milagros gracias a sus abuelos Abraham y Sara, y a su padre Isaac, el hijo de la promesa. Esta familia conocía bien a Dios y había sido testigo de su gran poder. Ellos tenían mucho que darle a su primogénito. Pero Esaú no valoró su bendición y se la entregó a su hermano Jacob sin pensar, en un momento de impulsividad. Esto provocó mucho dolor a sus padres, odio en Esaú y miedo en Jacob, al punto de que Jacob huyó de su hermano y de sus padres.

A partir de ese momento, Esaú guardó un profundo rencor hacia Jacob y pensaba: “Ya falta poco para que hagamos duelo por mi padre; después de eso, mataré a mi hermano Jacob” (Génesis 27:41 NVI).

Así actúan los amargados y rencorosos después de haberse metido en problemas por sí mismos. La bendición de su padre a Jacob incluía el consejo de no juntarse con mujeres de otros pueblos que no conocían a Dios, porque podrían causarle mucho dolor y poner en riesgo su bendición. Esaú hizo todo lo contrario.

“Esaú tenía cuarenta años cuando se casó con Judit, hija de Beerí el hitita, y con Basemat, hija de Elón el hitita. Estas dos mujeres les causaron mucha amargura a Isaac y a Rebeca” (Génesis 26:34-35 NVI).

Hay mucha amargura, enojo y resentimiento en Esaú, y no es para menos. Necesitamos pensar antes de hablar, porque podemos perder nuestra herencia y las bendiciones de Dios para nuestras vidas.

“Entonces Esaú se dio cuenta de la antipatía de su padre por las cananeas. Por eso, aunque ya tenía otras esposas cananeas, fue hasta donde vivía Ismael, hijo de Abraham, y se casó con su hija Majalat, hermana de Nebayot” (Génesis 28:8-9 NVI).

Las palabras o acciones impulsivas sin pensar en las consecuencias nos pueden llevar a vivir sin la cobertura de Dios. Esaú no esperaba que su hermano recibiría la bendición, porque solo había una bendición de primogenitura y era para el primogénito.
Esaú tuvo que luchar mucho para cuidar su vida, porque ya no tenía la protección, bendición, abundancia, puertas abiertas, prosperidad y gracia que le daba su padre. Jacob obtuvo todo eso por un plato de lentejas. Esta es la escena más triste:

“Al escuchar Esaú las palabras de su padre, lanzó un grito aterrador y, lleno de amargura, le dijo: —¡Padre mío, te ruego que también a mí me bendigas! Pero Isaac le respondió: —Tu hermano vino y me engañó, y se llevó la bendición que te correspondía” (Génesis 27:34-35 NVI).

Hoy en día, muchos andan así, renunciaron a la bendición por impulsivos y sufren sin la cobertura espiritual de sus padres. Están enfermos, pobres, amargados, enojados, rencorosos e irritados, dependiendo siempre de alguien más para sobrevivir, porque no tienen la bendición. Esa es la semilla que brota, y Satanás aprovecha los momentos más vulnerables para atacar a las personas.
Algunos que han valorado más la bendición del padre la están disfrutando porque otros la rechazaron. Así que:
– Piensa antes de hablar.
– Respira antes de actuar.
– Escribe lo que planeas decir antes de provocar confusión y caos. Léelo varias veces y medita si te sirve actuar así o decirlo.
¡No vayas a estar en riesgo de perder tu bendición! Es doloroso y triste vivir sin la bendición de nuestro Padre Celestial. Sabemos que por hablar mal o por un arranque de enojo, Moisés no entró con el pueblo a la tierra prometida. Caín anduvo como errante sin la cobertura de su padre. Sansón, por impulsivo, no logró terminar bien su propósito. A Esaú le llevó mucho tiempo restaurar la relación con su hermano.
Tiempo para meditar:

  • ¿Qué cosas temporales están intentando cambiar las bendiciones duraderas en tu vida?
  • ¿Cómo puedes valorar más las bendiciones que Dios te ha dado?
  • ¿Qué decisiones puedes tomar hoy para no renunciar a las promesas de Dios por gratificaciones inmediatas?
Privacy Overview

This website uses cookies so that we can provide you with the best user experience possible. Cookie information is stored in your browser and performs functions such as recognising you when you return to our website and helping our team to understand which sections of the website you find most interesting and useful.