LOS ASUNTOS INCONCLUSOS NOS DETIENEN
Es muy corta la vida que vivimos en esta tierra como para quedarnos paralizados y perdernos lo que está por delante, como lo fue la historia en la biblia de la esposa de Lot, quien quedó hecha una estatua de sal y se perdió mucho; y no solo eso, sino que hasta el día de hoy se sigue hablando mal ella.
Algunos no queremos obedecer y seguir el camino por donde Dios nos dirige, al camino donde tenemos su protección, su bendición y nuestro descanso. ¿Por qué? Porque a veces no es tan placentero a la vista humana, ya que son situaciones difíciles que podrían ser muy confrontadoras o sacrificiales donde se puede perder algo o nuestra comodidad.
Pero, la vida es de decisiones, a diario tenemos que decidir cosas. Algunas situaciones que nos vienen son inesperadas y debemos de estar conscientes de que vendrán en cualquier momento. Muchas de las veces no sabemos cómo, ni por dónde, ni de qué forma llegarán; pero llegarán.
¿Qué tipo de situaciones podrían ser? Noticias de un ser querido que se va, un accidente, un engaño, un abandono, una infidelidad, un hijo perdido, un aborto, un divorcio, pérdida del trabajo, etc.
Tendremos que tomar una decisión. Porque la vida sigue y es de cobardes no tomar las decisiones correctas, o tomar decisiones equivocadas, o no tomarlas nunca.
Hay que cerrar ciclos. No podemos quedarnos paralizados por algo que no nos salió bien o como lo esperábamos en la vida. La película de “Frozen” nos da un gran ejemplo de cómo no quedarnos cruzados de brazos. Hay que tomar la decisión de enfrentar nuestros gigantes, los enemigos del temor, del enojo, de la frustración, etc. Si no, te aseguro que alguien más en la vida lo hará por ti y a la manera de ellos.
¡Él nos hace fuertes! Cambiemos el rumbo de nuestro destino y vivamos agradecidos tomando las decisiones correctas y sabias, para dejar un recuerdo a nuestras generaciones de bendición. ¡Que ellos puedan seguir un modelo!
¡Dios es bueno!
Aunque tengamos un trabajo, hijos, una pareja, amigos, dinero, una buena posición social, y todas aquellas cosas que dan satisfacción y valor al ser humano, pero, si no se tiene al dador de todo, entonces, la vida del ser humano se puede tornar muy miserable, porque hay una “faltante” que solo Dios puede llenar.
Así que, a la hora de ver nuestra lista de prioridades, veamos ¿Está Dios en esa lista? ¿En qué lugar está? Si está allí dentro de lo más valioso e importante en nuestro corazón, entonces, podemos con toda confianza clamar a Él en tiempo de angustia, dolor, frustración, cansancio o cualquier necesidad. Mira que hermosa promesa:
Tiempo para meditar:
¿Qué cosas han quedado inconclusas en tu vida? ¿Qué sigue ahora? ¿Cuál es tu próxima acción por desatorar? ¿Cuál ese otro esfuerzo más que harás? ¿Qué privilegio te estás perdiendo por estar atorado? ¿Has atorado a otros?