LAS PROMESAS DE DIOS HAY QUE CREERLAS
Las promesas de DIOS son necesarias de día y de noche, al acostarnos y al levantarnos, al entrar y al salir, al tomar decisiones, al hacer un proyecto, al emprender un negocio o una carrera, al iniciar una relación de pareja o de nuevos amigos, al escoger mis relaciones, al decidir con quién quiero compartir en mi vida, etc.
Para todo ello, necesitamos activar sus hermosas promesas y hacerlas vida en nosotros.
¿En qué otros momentos las necesitamos?
-
Cuando el camino parece que está lleno de niebla.
-
Cuando está oscuro.
-
Cuando se hace pesado continuar.
-
Cuando las pruebas son grandes.
-
Cuando no hay respuesta.
-
Cuando no tenemos fuerzas.
-
Cuando hemos perdido el ánimo.
-
Cuando nos sentimos decepcionados.
-
Cuando nos sentimos abandonados.
-
Cuando nos falta dinero o algo que estamos esperando no llega.
-
etc.
Allí es el momento de hacer decretos y declaraciones proféticas, declarar las promesas de nuestro Padre como lo hacía el rey David en este hermoso Salmo:
“Esperamos confiados en el Señor; Él es nuestro socorro y nuestro escudo. En Él se regocija nuestro corazón, porque confiamos en su santo nombre. Que tu gran amor, Señor, nos acompañe, tal como lo esperamos de ti”. Salmo 33:20-22 NVI
Tiempo para meditar:
¿Qué promesa de Dios necesitas creer y decretar en este momento?
¿Qué promesa de Dios se ha hecho vida en ti?
¿Qué promesa estás esperando su cumplimiento?