LA LLAVE PARA RECUPERAR LO PERDIDO
Te han juzgado alguna vez por cruzar por el dolor en la prueba más dura y te han criticado preguntándote: ¿Qué no que eres cristiano?
¿A cuántos les ha pasado que por ser cristianos a la hora de que están pasando una prueba, en vez de consolarte, te han juzgado mal, y te han dicho: ¿Dónde está tu Dios? ¿Qué tu Dios no hace milagros?
Esto es lo que estos amigos dijeron a Job: ¿Por qué no te ha sanado tu Dios?
¿Por qué Dios dejó morir a tu mamá, a tu papá, a tu hijo, esposa (o)? ¿Por qué no te salvó de la ruina, de la quiebra en tu negocio, del divorcio? ¿Por qué Dios no te respondió? ¿Por qué te dejó pasar por semejante prueba, dolor, tristeza, pérdida, injusticia, enfermedad?
¡No lo sabemos todo! ¡No sabemos porque Dios decide llevarse a un ser querido, a otros los sana, a otros los saca victoriosos, y a otros pareciera que es el diablo quien se lleva el crédito!
Lo que sí sabemos con seguridad es que los verdaderos hijos no renegamos contra Dios. ¡Sabemos que Dios no es el autor del mal! Sabemos que Dios escucha nuestras oraciones y al final de la oración intercesora nos quedamos confiados en que todo está dentro de su voluntad, y descansamos en eso. Aunque la respuesta sea dolorosa y triste, sabemos recibir de Dios todas las respuestas, lo que Él decida hacer.
¿Cuál es la llave para recuperar lo perdido? Ya sean los amigos queridos, las riquezas que te robaron, la recuperación de la salud, los hijos, favor, reputación, gracia y mucho más.
Mira lo que Job hizo después de que sus amigos lo trataron mal, de que lo juzgaron de pecador en el peor momento de la prueba donde más necesitaba de ellos. Sí estuvieron con él, pero solo para darle un sermón, porque no sabían la verdad, no lo entendieron y lo criticaron en semejante dolor y prueba. Pero ¡Job los perdonó y oró por ellos! Esto provocó un rompimiento, provocó la devolución de todo lo que había perdido, pero, multiplicado.
“Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía”. Job 42:10 NVI
¡Yo perdono Señor! ¡Oro por los que me hirieron y los bendigo!
Me voy a dormir en paz con un corazón sano. Dejo todo en manos de Dios quien es un buen juez justo. Él es el único que tiene poder para restaurar las cosas y devolvernos todo lo que nos ha robado el enemigo, Él lo puede multiplicar si nosotros hacemos lo que nos pide: Orar y perdonar.
Tiempo para meditar.
¿Cómo han reaccionado tus amigos en los momentos de dolor que has pasado?
¿Por qué crees que es importante orar por las personas que te han herido en esos momentos?
¿A quién tienes que perdonar?