EL PERDÓN
Llegó a oídos del apóstol Pablo que la iglesia de Corinto estaba llevando a sus hermanos a los tribunales por problemas entre ellos. Por lo que él los exhortó, aconsejó, instruyó, guió y alertó para que se condujeran bien ante la sociedad y ante sus hermanos, y para que enfrentaran con paciencia sus problemas. Es que el poder de nuestro testimonio es muy importante a la hora de querer hacer justicia, porque si Dios nos ha perdonado, justificado y lavado de nuestros pecados; entonces, ¿Por qué queremos vengarnos de nuestros hermanos?
Lo que hicimos en el pasado Dios lo perdonó en su totalidad, ¿Por qué nosotros no queremos perdonar? ¡Es glorioso lo que Dios ha hecho por nosotros!
Nos ha lavado
Nos ha santificado
Nos ha justificado
Nos ha perdonado todas nuestras deudas.
Consideremos esto antes de actuar mal con otros que tal vez nos han ofendido o herido, no vaya a ser que Dios se olvide de la gran lista de cosas que nos perdonó en el pasado. Y el peligro más grande es que Satanás nos quiere atrapar de nuevo, quiere que caigamos en su trampa como lo hizo en su rebelión al dañar a muchos otros ángeles que se trajo con él en su caída.
Yo no quiero destruir nada de lo que hoy soy por venganza, enojo, ira, resentimiento, amargura o frustración.
Este es el consejo de Dios para nosotros los cristianos el día de hoy, y mi consejo para ser de testimonio a otros, y no perdernos la cobertura de nuestro Padre celestial y todas sus bendiciones aquí en la tierra.
Quiero estar siempre bendecida, caminar con cielos abiertos y que mis oraciones nunca tengan estorbo.
Tiempo para meditar:
¿Te es fácil o no te es fácil perdonar y por qué?
¿Hay alguien a quién necesitas perdonar?
¿Qué tanto te ha perdonado Dios?