DARLE LA GLORIA A DIOS VERDADERAMENTE
“Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará; Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado a los que nos aborrecían“. Salmos 44:6-7 RVR1960
El rey que escribió este salmo tenía mucha fama. No solo era el rey, sino, era compositor, músico, le llamaban también el dulce cantor de Israel. Era escritor, sabía danzar, era el mejor escudero, era pastor; sabía de todo y era un gran guerrero.
Entonces, lo que dice no tendría sentido para un guerrero. ¡¿Cómo que no confiaré en mi arco ni mi espada me salvará?! ¡jamás se oirá eso de un gran guerrero! ¡Si para un guerrero la espada y el arco son sus armas más poderosas!
El rey David no solo era un gran guerrero ¡Era un hijo de Dios! y de todo lo que sabía, él le daba el crédito a Dios, porque sabía que Él era quien le daba el éxito en todo.
David sabía que si a la hora de hacer guerra Dios no estaba en la batalla, el arco, la espada, los carros de guerra y los guerreros no servirían de nada ¡Sería un fracaso! Porque en las batallas ¡Es Dios quien da las víctorias! David lo sabía y po esa razón le daba siempre el crédito a Dios.
Si le damos el crédito a Dios por los pequeños detalles Él nos irá confiando cada ves más, Porque el secreto para el éxito es la humildad y el reconocer la fuente de nuestras victorias.
De donde vengo, donde estoy, hacia donde voy, lo que soy, lo que hago y lo que espero ser, es por mi Dios, por mi Señor y Salvador que se ocupa de mí a diario.. ¡La gloria sea para Él por siempre y para siempre!
Tiempo para meditar:
¿Qué habilidades y dones tienes?
¿Quién es la fuente de tus victorias?
¿Le has dado la gloria a Dios por cada éxito que has logrado?
