CÓMO VIVIR UNA VIDA BENDECIDA II

En la primera parte de este devocional, hablamos sobre la importancia de seguir el ejemplo de personajes bíblicos como José e Isaac para vivir una vida bendecida. Vimos cómo todo comienza con el entendimiento, estudio y práctica de las Sagradas Escrituras. Ahora, en esta segunda parte, profundizaremos en algunos consejos prácticos que nos ayudarán a vivir esa vida bendecida. Veremos cómo la hospitalidad, el cuidado de los demás, la dedicación a nuestro hogar, y el evitar la avaricia son claves para experimentar las bendiciones de Dios en nuestras vidas.

Algunos consejos para comenzar sabiendo el “Cómo vivir una vida bendecida”:

  • Ser hospitalarios. Abraham hospedó ángeles. “No se olviden de brindar hospitalidad a los desconocidos, porque algunos que lo han hecho, ¡Han hospedado ángeles sin darse cuenta!” (Hebreos 13:2 NTV)
  • Cuidar de los aprisionados y los que sufren daño de múltiples formas y que no pueden defenderse. (Pablo y Pedro estuvieron allí) “Acuérdense de aquellos que están en prisión, como si ustedes mismos estuvieran allí. Acuérdense también de los que son maltratados, como si ustedes mismos sintieran en carne propia el dolor de ellos.” (Hebreos 13:3 NTV)
  • Cuidar el hogar y el matrimonio. Mi mamá decía que el que se casa es porque casa quiere. Y para esto, hay un cambio de mil grados. De acuerdo a este pasaje hay que practicar la honra, la fidelidad, la seguridad y la santidad,. Esto significa que hay que ser dadores y eso ayudará mucho en el hogar. Es necesario practicar todo esto.
    “Honren el matrimonio, y los casados manténganse fieles el uno al otro. Con toda seguridad, Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio.” (Hebreos 13:4 NTV)
  • No ser avaricioso. No debemos ser avariciosos. Una persona tacaña, avariciosa y egoísta, que no comparte lo que tiene, no puede ser feliz en el matrimonio. Es importante practicar el pacto que hacemos en el altar delante de Dios, porque no hacerlo puede arruinar a las familias. El amor al dinero hace que se descuide lo más valioso. Muchas veces, trabajamos tiempo extra, que es el tiempo que deberíamos dedicar a la familia. ¿Más dinero? Sí, pero sin familia, y al final, terminamos solos porque la felicidad no está ahí. “No amen el dinero; estén contentos con lo que tienen, pues Dios ha dicho: ‘Nunca te  fallaré. Jamás te abandonaré» (Heb. 13:5 NTV)

¿Qué estás enfrentando hoy? ¡No estás solo, Dios está contigo y puede darte dirección y guía a través de Su Palabra! Si la obedeces, te irá bien. Practica estos consejos y acompañalos con oración a nuestro Padre celestial, quien tiene todo lo que necesitamos, pídele fuerzas y dirección; recuerda que Él cumple todas sus promesas en su tiempo.
Así que, si ves a alguien muy bendecido en su vida, en su familia, matrimonio, con sus hijos, su carrera, sus finanzas; y es feliz y generoso, es porque está practicando algo bueno y Dios lo está bendiciendo. ¡Pregúntale qué es lo que hace!

Tiempo para meditar:

  • ¿Qué cambios podemos hacer en nuestras prioridades para asegurarnos de que no estamos descuidando lo más valioso—nuestra familia y nuestra relación con Dios—por perseguir bienes materiales?
  • ¿Cómo estamos practicando la hospitalidad en nuestra vida diaria?
  • ¿Cómo puedes mostrar más compasión y apoyo a los que están pasando por dificultades?
Privacy Overview

This website uses cookies so that we can provide you with the best user experience possible. Cookie information is stored in your browser and performs functions such as recognising you when you return to our website and helping our team to understand which sections of the website you find most interesting and useful.