El Verdadero Valor de Servir con el Corazón
“Dios no es injusto para olvidar la obra y el amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo asistido y asistiendo aún a los santos.” Hebreos 6:10
En nuestra comunidad, los verdaderos tesoros no son materiales. No se trata de dinero, de posesiones, de fama ni de posiciones de poder. Lo que realmente vale son los corazones entregados al servicio de los demás, corazones como los de los voluntarios de los que hablo hoy.
- Servicio desinteresado: Cada semana, un grupo maravilloso de voluntarios se compromete a servir a Dios a través del servicio a los demás. Su labor no busca recompensas terrenales, sino que es un reflejo del amor y la compasión de Cristo.
- Testimonio viviente: Al igual que un cielo despejado que nos eleva el espíritu, estos voluntarios son un testimonio vivo de lo que significa vivir complaciendo a Dios. Su servicio es un sermón sin palabras que predica más fuerte que cualquier discurso desde el púlpito.
- La sonrisa de Dios: Imagino a Dios sonriendo al ver a estos fieles servidores en acción. Su alegría es palpable, y su energía contagiosa inspira y enriquece la vida de todos los que los rodean.
- Una recompensa divina: Estoy convencido de que Dios no olvida este tipo de servicio. Como dice Hebreos 6:10, Él reconocerá y recompensará la obra y el amor mostrados hacia su nombre. Esta promesa es una garantía de que cada esfuerzo y cada sacrificio serán honrados.
Estos voluntarios son, sin duda, el mejor equipo. No solo asisten en las necesidades actuales, sino que continúan comprometiéndose con una visión de largo plazo para nuestra comunidad y la extensión del Reino de Dios.
Reflexión:
- ¿Cómo puedo yo también servir con un corazón desinteresado y fiel?
- ¿De qué maneras puedo apoyar y alentar a aquellos que dedican su tiempo al servicio voluntario en nuestra comunidad?
- ¿Cómo puedo asegurarme de que mi servicio sea siempre un reflejo del amor de Dios?