LA BENDICIÓN DE UN PADRE A SU HIJO

Antes de morir, Isaac dio su bendición de primogenitura a Jacob, que Esaú le había vendido. También le dio este consejo:

“Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó: ‘No te cases con ninguna mujer de aquí de Canaán. Vete ahora mismo a Padán Aram, a la casa de Betuel, tu abuelo materno, y cásate allá con una de las hijas de tu tío Labán.'” (Génesis 28:1-2 NVI).

Aunque Isaac estaba dando un consejo a su hijo Jacob, esto también era una ley o regla para los jóvenes de no juntarse con gente incrédula, sin temor a Dios. Las personas de otros pueblos eran perversas y malas. Hacían cosas injustas y veneraban dioses repugnantes para Dios, incluso sacrificaban a sus hijos en brujerías y ocultismo. No había temor de Dios en ellos. Eran violentos, salvajes, mataban sin compasión, robaban, despojaban a otros de sus tierras y ganados, y cometían orgías y mucho más.
Para Moisés, como líder, fue difícil guiarlos, muchos de los viejos quedaron muertos en el camino. Solo una generación joven entró a la tierra prometida con Josué.
Algunos maldicen la vida que escogieron, la pareja y el trabajo que escogieron, porque a veces no eran agradables a la voluntad de Dios. Porque es dando y dando. Honra a Dios obedeciendo su palabra y Él te honra cumpliendo su palabra. Todo está sujeto a la obediencia a Dios.
Isaac estaba moribundo, pero en sus últimos momentos aprovechó para darle consejos a su hijo. Quería asegurarse de que Jacob entendiera cómo vivir bendecido y que su estilo de vida sería lo que le daría una vida exitosa en Dios.
Por eso, yo prefiero hacer su voluntad, oír sus planes y obedecerlos que hacer mi propia voluntad y tener que pagar el precio de mi desgracia más adelante. Este mundo todo lo cobra de regreso, sea bueno o sea malo. No importa quiénes seamos, ni de dónde seamos, el bien como el mal se paga. Esto es para afirmar a aquellos que hacen el bien, el pago del bien es mucho mejor que el pago del mal.

“No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.” (Gálatas 6:7 NVI)

Esta es la bendición de un padre para los hijos obedientes. ¡Me encanta, yo la quiero y no la quiero perder nunca! No quiero estar separada de su amor, de sus cuidados, de su manto protector, bajo la sombra del Omnipotente, bajo sus alas, como dice el Salmo 91.

Esto es lo que soltó su padre Isaac en la vida de Jacob: “Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y haga que salgan de ti numerosas naciones. Que también te dé, a ti y a tu descendencia, la bendición de Abraham, para que puedan poseer esta tierra donde ahora vives como extranjero, esta tierra que Dios le prometió a Abraham.” (Génesis 28:3-4 NVI).

Declaro esta misma bendición para mis hijas, siempre y cuando honren a Dios con sus vidas y hagan lo que es correcto y agradable delante de Él. Esta bendición está ligada al estilo de vida que llevemos delante de Dios.
Tiempo para meditar:

  • ¿Cómo puedes aplicar los consejos y mandamientos de Dios en tu vida diaria?
  • ¿Qué decisiones puedes tomar hoy para vivir una vida que honre a Dios y atraiga sus bendiciones?
  • ¿Cómo puedes enseñar a tus hijos a valorar y seguir las bendiciones de Dios?
Privacy Overview

This website uses cookies so that we can provide you with the best user experience possible. Cookie information is stored in your browser and performs functions such as recognising you when you return to our website and helping our team to understand which sections of the website you find most interesting and useful.