NUNCA ESTAMOS SOLOS
En los días más largos y difíciles, en los momentos más tristes y solitarios, y en los días donde parece que no va a llegar la respuesta, puedo hacer esta declaración profética:
Estoy protegida completamente por ti, estoy cubierta dentro de tu mano poderosa, en la palma de tu mano me sostienes.
Señor tú sabes a dónde voy, de dónde vengo, con quién voy, y con quién vengo. Todos mis trajines los conoces y en medio de ellos tú andas conmigo; aun cuando estoy quieta, reposando, descansando o durmiendo.¡Tú lo sabes todo!
Qué sorprendente es, que apenas estoy acomodándome para tener una conversación contigo en oración y contarte mis cosas o pedirte por algo o por otros, y antes que diga nada ¡Ya sabes todo de mí!¡Esto es grandioso, maravilloso e increíble!
Gracias Señor
Siempre quiero estar consciente de que todos mis caminos te son conocidos y que en cada paso que doy estás conmigo como poderoso gigante.
Gracias Señor porque vas y vienes conmigo.
Gracias Señor porque me cubres y me tienes en la palma de tu mano protectora.
¡No hay armas que contra mí prospere, Dios es mi roca firme, ¡Él es quien me salva y por su sangre soy más que vencedor! ¡Amén!
Tiempo para meditar:
¿Estás siempre consiente de que Dios está contigo?
¿De qué manera te ha sorprendido Dios dándote algo que necesitabas sin habérselo pedido?
¿De qué manera has sentido la protección de Dios?