MI LUCHA POR MANTENERME FIEL
Viene un tiempo para todo ser viviente donde daremos cuentas o seremos juzgados por lo que fuimos e hicimos en la tierra, y Dios se encontrará con dos grupos, los inscritos en el Libro y los no inscritos. Y allí serán los “ays” para aquellos que no aparezca su nombre en el Libro de la Vida en la gran tribulación.
“Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego.” Apocalipsis 20:15 NVI
¿Quiénes serán librados?¡Todos los que se encuentren inscritos en el libro! Yo creo firmemente que las promesas de Dios son verdad, y que su deseo es que seamos encontrados en ese libro.
Señor, oro para que nos ayudes a mantenernos fuertes, firmes, fieles, fervorosos, santificados, apartados del mal, haciendo el bien, siendo justos, sirviendo, siendo generosos, amando al prójimo, cumpliendo tu palabra, permaneciendo cerca de ti y orando siempre. Yo sé que no es nada complicado comprender el camino para llegar a ti y lograr que nuestro nombre esté allí, y que no sea borrado. Porque en la gran tribulación los inscritos no sufrirán el castigo.
Declaro que los nombres de mis hijas, mis nietos, el nombre de mi esposo, el mío, los nombres de mi familia biológica, y el de todos los hijos espirituales a quienes estamos ministrando mi esposo y yo estén en ese libro Señor.
Sé que yo no puedo santificarme ni hacer lo que es justo por ellos, pues cada uno es responsable por su salvación y por mantener su nombre en el libro.Yo no puedo salvar a nadie, pero, lo que sí puedo hacer y es lo que hago, es ser de testimonio, de ejemplo e inspiración para ellos de vivir una vida diferente. Si puedo orar para que se conviertan de sus malos caminos, si puedo pedir por sus almas para que sean salvos, si puedo orar para que el Espíritu Santo les dé convicción y se preocupen por su santidad; para cuando ese tiempo de tribulación llegue, ellos sean librados y sus nombres estén inscritos en el libro.
Oremos para permanecer firmes en Dios, porque cada día se complica más para ser un verdadero creyente, para ser fiel, justo, santo, apartado del mal; para mantener nuestras convicciones, nuestros valores y nuestros principios.
Seremos probados de muchas maneras, en el trabajo, con la familia, con los amigos, con la pareja, en la empresa, en los negocios, etc. y allí sabrá Dios quien es aquel que permanece.
¡Sigamos fieles al Señor, continuemos esta carrera para llegar puros y limpios, y que nuestros nombres sean inscritos en el Libro de la vida!
Tiempo para meditar:
¿Estás viviendo una vida tal para que tu nombre sea inscrito en el Libro de la Vida?
¿En qué necesitas perseverar para permanecer firme en el Señor?
¿Qué estás haciendo para ser de ejemplo para tus hijos y para los que están a tu alrededor?