LA PROMESA DE DIOS PARA LOS SABIOS
Y ENTENDIDOS EN ESTOS TIEMPOS

Los sabios resplandecerán tan brillantes como el cielo y quienes conducen a muchos a la justicia brillarán como estrellas para siempre.” Daniel 12:3 NTV

¡Gloria a Dios por esta promesa que nos da a nosotros y a millones de entendidos que están haciendo posible que no todos vayan a parar al infierno, porque le hemos dicho sí a Dios!
Así es como nuestra vida tiene sentido cuando Dios cuenta con nosotros para ayudar a los que no le conocen.
Creo firmemente que si entendemos lo que está pasando en este mundo y podemos leer la maldad que se está gestando con todo lo que oímos y vemos que se está aprobando, y hacemos algo, al menos a aquellos que alcanzamos les habremos librado del mal.

Porque no es cuestión solo de asustarnos, de juzgar o criticar todo lo que está pasando, que está afectando tanto a nuestros hijos, hogar, matrimonio o individualmente; sino, que se trata de que le digamos a Dios:¿Señor cuál es mi parte para hacer la diferencia al menos en mi entorno?
Porque no podemos salvar a todo el mundo, pero si nuestro mundo, a los que tenemos cerca y en quien influimos para ser de bendición alumbrándoles con nuestro entendimiento, sabiduría y conocimiento, pero ¡Solo con Dios es que lo podremos hacer!
Alumbremos
Salvemos
Restauremos
Iluminemos
Sazonemos

Yo quiero llevar a muchos a conocer la justicia, el amor, el bien, la generosidad y quiero iluminar a otros con la luz que me da Cristo.
¡Quiero resplandecer, quiero brillar, quiero vivir en su gloria, y quiero ser inundada siempre por su gloriosa presencia!
Quiero que se me revele la verdad, quiero que Dios no me esconda las cosas que son importantes para mí y para mi familia.
Quiero que mi casa esté siempre iluminada de su palabra y de su presencia.
Quiero contar con su sabiduría, su entendimiento e inteligencia. Quiero saber sus planes y verdades, quiero oír siempre buenas noticas del cielo para mi vida, como fue el caso de la bella historia de unos pastores, que mientras cuidaban de las ovejas y se turnaban por la noche, les llegó una revelación que a nadie se les había dado.
Ahí en ese monte donde pasteaban las ovejas ¡Dios los visitó, tuvieron visitaciones de ángeles que les trajeron buenas noticias de gran gozo! y les explicaron el significado de la visita, ¡Anunciándoles que su Salvador había nacido!
Quizás era una noche fría, quizá los pastores tenían hambre, quizás estaban con sueño o cansados; pero ¡Dios al que trabaja lo sorprende siempre de una manera sobrenatural!
¡Miren que glorioso lo qué pasó con estos pastores que cuidaban las ovejas!:

“Esa noche había unos pastores en los campos cercanos, que estaban cuidando sus rebaños de ovejas. De repente, apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor los rodeó. Los pastores estaban aterrados, pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo —dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador —sí, el Mesías, el Señor— ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!”Lucas 2:8-11 NTV

Una declaración profética
¡Declaro un año de revelación y gloria para todos aquellos que pastorean y cuidan de las ovejas del Señor junto con nosotros! ¡Es mi oración y deseo!
¡Declaro visitaciones de ángeles en sus cuartos, en sus casas, en su trabajo y en sus carros mientras oran, mientras descansan, mientras sirven, mientras adoran, y mientras cuidan de la casa del Señor y de su pueblo!

Tiempo para meditar:
¿Qué estás haciendo para hacer la diferencia en esta tierra?
¿Eres luz en tu casa, en tu trabajo y dónde quiera que andes?
¿De qué manera estas influyendo en otros?

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