SÓLO BASTA UNA ORACIÓN INTENSA

 

18 Al mismo tiempo, les pidió que imploraran la misericordia del Dios del cielo en cuanto a ese sueño misterioso para que ni él ni sus amigos fueran ejecutados con el resto de los sabios babilonios. (Daniel 2:18 NVI)

 

Cuando tu vida está en juego, solo basta una oración intensa con fe para tener una respuesta de Dios. Fue lo que hizo este joven Daniel al oír que morirían todos los sabios por no decir al rey lo que había soñado. Era la muerte para estos sabios muchachos, y para todo los que eran sabios en babilonia.

Pero siempre he creído que en esta escena como de película, pero verdadera, con la historia de Daniel y este rey, Dios no tiene límites con quienes en verdad le buscan.

Miren lo que hizo cuando la orden del rey fue ejecutarlos a todos, fue a hablar con el rey para pedirle un tiempo, y esa noche Dios reveló el sueño a Daniel, quien le pidió a sus compañeros que lo ayudaran a unirse con él por esta causa, ¡Y vaya que era un misterio el sueño del rey! porque ni él mismo sabía ni se acordaba lo que soñó!

Durante la noche, Daniel recibió en una visión, la respuesta al misterio. Entonces alabó al Dios del cielo y dijo: «¡Alabado sea por siempre el nombre de Dios! (Daniel 2:19 NVI)

 

Pero que hermoso muchacho y su equipo de amigos para adorar a Dios por sus proezas y que respuesta más clara de Dios para empoderarlos ¡Qué gran fe!

Suyos son la sabiduría y el poder. Él cambia los tiempos y las épocas, pone y depone reyes. A los sabios da sabiduría. (Daniel 2:20 NVI)

 

¡Mira la oración que hace! No llega diciendo “Me voy a morir” ¡No! Los cuatro llegan seguros dándole su lugar a nuestro Dios, es obvio que lo conocían y sabían que poderoso era para librarles y sacarlos vencedores.

Y a los inteligentes discernimiento. Él revela lo profundo y lo escondido, y sabe lo que se oculta en las sombras. ¡En él habita la luz! (Daniel 2:19-22 NVI)

Oración:
Todo eso eres tú mi Dios, yo sé que nada hay imposible para ti. Así que, Señor, por favor, en tu mano están todas las respuestas, todos los misterios, todos nuestros caminos, y todas las riquezas que tienes para nosotros. Te pido que nos mantengas oyendo tus planes, tus propósitos, tus deseos, y lo que estás hablando en el cielo, para que tus hijos podamos oírlo con claridad, para así transferirlo igual como lo hiciste con tantos hombres y mujeres que destronaron al enemigo e iban seguros en contra de ellos. Los hiciste más que vencedores en su tiempo, en su tierra, con su familia.

Señor, por favor:

  • Hazlo de nuevo
    •Hazlo otra vez
    •Hazlo hoy

 

Tiempo para meditar:

  • ¿Qué haces cuando tu vida está en juego?
  • ¿A quién le pides ayuda?
  • ¿De qué manera ha respondido Dios cuando oras intensamente?
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